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Después del fallecimiento del comandante Chávez las fuerzas conservadores del continente le dieron días de vida a la integración bolivariana. Sin embargo, esta ha resurgido con renovada energía. En las reuniones del Mercosur, Unasur y ALBA se ha decidido el reimpulso de los planes de desarrollo en el marco de la cooperación, la soberanía, la justicia social y la preservación del medio ambiente.
La globalización neoliberal, la crisis de capitalismo y la creciente injerencia del Gobierno estadounidense son elementos de peso que explican el relanzamiento del proyecto integracionista.
Las sanciones del Gobierno de los EEUU contra la revolución bolivariana es otra manifestación de la obsesión expansionista del imperialismo en el hemisferio, así como de su profunda crisis.
A lo largo de los últimos 200 años las sanciones y la agresión ha sido la política imperial, pero jamás habían topado con un bloque de resistencia, como el que se configuró a partir de la Revolución bolivariana. La última década ha sido testigo de los cambios más dramáticos en nuestra región desde la epopeya independentista del Libertador Simón Bolívar.
Al Gobierno encabezado por el presidente Nicolás Maduro le impone sanciones, además del sabotaje económico, despliegue de guerra mediática y fuerzas terroristas. Las fuerzas opositoras aplauden esta agresión, porque además de ser marionetas de la embajada gringa, siempre han soñado con una intervención yankee para derrocar al Gobierno revolucionario.
Acá encontrarán al pueblo venezolano unido en torno al legado del comandante Chávez, bajo el liderazgo del presidente Nicolás Maduro y con el enorme respaldo continental a nuestra revolución.