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El capitalismo en su fase imperialista se descompone progresivamente, con aceleración en tiempos de crisis y bajo la predominancia del capital financiero. Se conforma una oligarquía financiera con voracidad ilimitada en su expansionismo. El pillaje, la expoliación y el despojo son sus principales métodos.
La reciente crisis del capitalismo, un terremoto de carácter sistémico que muestra las trabas estructurales del sistema, es una clara muestra de su carácter especulativo. Su génesis se ubica en la especulación financiera, en la búsqueda de colosales ganancias sin importar las consecuencias para los pueblos del mundo.
La más reciente agresión de la oligarquía financiera imperialista contra nuestras naciones tiene lugar en Argentina. Luego de la pesadilla neoliberal, ese país se recuperó con políticas fundamentadas en la soberanía y los intereses de los más humildes. En ese escenario aparecen los llamados “fondos buitre”, especuladores despiadados que compraron deuda a precios irrisorios en tiempos de quiebra y ahora pretenden cobrar completo, ignorando incluso que 93% de los acreedores llegó a un acuerdo con el Gobierno argentino. Para ese propósito saqueador, cuentan con el apoyo de la justicia y el Gobierno gringos.
Este nuevo hecho convoca de nuevo la más amplia y firme solidaridad de los pueblos latinoamericanos. Nuestra lucha es en defensa de la soberanía argentina y por un nuevo orden económico mundial. Se impone acelerar el proceso de un mundo multipolar y de una nueva arquitectura financiera: una moneda internacional, que no sirva de instrumento especulativo; bancos para el desarrollo y no para la dominación de una ínfima élite del pillaje; normas que pongan a los pueblos por encima de los intereses corporativos.