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El presidente Nicolás Maduro anunciará medidas en el marco de una nueva ofensiva económica. El objetivo fundamental es superar fenómenos muy negativos del actual desempeño económico, como la especulación, la inflación, el desabastecimiento, el contrabando de extracción, la inestabilidad cambiaria y la amenaza de recesión.
Esta constelación surge como consecuencia de la guerra económica, del funcionamiento de nuestra economía rentista y dependendiente, así como de errores cometidos desde el gobierno.
Cualquier estrategia que aspire al éxito en este contexto, debe promover la inversión. Tanto la inversión pública como la privada deben experimentar un repunte significativo para relanzar el crecimiento económico.
Asimismo, debe dársele cumplimiento a los acuerdos establecidos durante las “Mesas por la Verdad Económica”. El sector privado asumió compromisos, que debe honrar.
En cuanto al gobierno, su tarea fundamental debe apuntar a la reducción de trabas burocráticas, que limitan el desempeño de los actores económicos, es decir, elevar la eficiencia en la regulación económica.
Es indispensable coordinar más eficientemente las políticas monetarias y fiscales.
Por otra parte, debe elevarse la inyección de divisas a un aparato productivo que, desde hace más de 4 décadas, padece de una creciente adicción a las importaciones.
Debemos hacer todo lo posible para proveer las divisas exigidas por la dinámica productiva. No hay escusas para no hacerlo. De la estabilidad económica del país dependerá la paz de la nación. Eso lo saben, quienes la han perturbado con fines golpistas.
La tarea de la revolución es blindar la economía.