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La inflación ha repuntado peligrosamente. El acumulado del período enero-mayo del 2013 es de casi 20%, lo que deteriora la capacidad de compra del pueblo, genera malestar social inocultable y afecta el desempeño de la economía.
Abatir la inflación no es tarea fácil. Se trata de un fenómeno de carácter estructural, asociado a la economía rentista que ha limitado el desarrollo de un aparato productivo sólido, capaz de abastecer el mercado doméstico. A su vez, el rentismo ha estimulado la monopolización, con lo cual se imponen precios sustentados en la voracidad de los grandes grupos económicos.
Adicionalmente, los enemigos de la revolución bolivariana le han impuesto una guerra económica al pueblo, la cual agrega una presión adicional a los precios.
El Presidente Maduro ha reiterado que en los actuales momentos el desarrollo económico es la principal tarea de nuestra revolución.
El objetivo más urgente consiste en elevar la producción y la eficiencia. Esto nos proporcionaría una base estable para el despliegue de la gestión gubernamental y del Programa de la Patria, en general. Ello no sólo permitiría derrotar a la contrarrevolución en ese frente de guerra, sino también consolidar los avances sociales de la revolución y romper una fuente de enriquecimiento de los especuladores.
La abundancia productiva derrota el acaparamiento y abate la especulación. A mayor producción, menor espacio para el alza de los precios. En el mediano plazo, se logra desplazar a los grupos económicos.
El desarrollo productivo del país es tarea de todo el pueblo y la clave para derrotar la inflación.