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El fin de semana se llevó a cabo una Cumbre entre la Celac y la UE en Santiago de Chile, la primera de esta naturaleza en la corta vida de la Celac. Este es un síntoma del avance del sueño de Bolívar. Unidos comenzamos a jugar un rol preponderante en este mundo globalizado.
La gran ventaja es que las negociaciones ya no tendrán lugar de manera aislada con cada uno de nuestros países, de limitada fuerzas para hacer valer sus intereses. Ahora nos presentamos como bloque y con una fuerza que despierta respeto.
Para sobrevivir en el mundo capitalista globalizado y en crisis, se hace imprescindible la unidad entre naciones con los mismos intereses y objetivos para el desarrollo. Por otra parte, así como puede ser provechoso este vínculo entre estas dos importantísimas regiones del planeta (no olvidemos que contamos con las mayores reservas energéticas, de agua, biodiversidad, gasíferas, etc.), debemos asumir este encuentro con cautela.
La única manera de que estas cumbres traigan beneficios para nuestros pueblos,radica en la búsqueda de consenso en torno a un desarrollo sustentable en lo ecológico, económico, social y político.
La crisis económica que vive Europa, aunada a las gravísimas consecuencias sociales derivadas de la aplicación de políticas neoliberales, pone un interrogante en este sentido. Igualmente, hay que estar atentos ante las tradiciones colonialistas de esa región, que sus gobiernos verían tentados en reactivar.
En todo caso, la mayoría de nuestros gobiernos dejaron atrás al neoliberalismoy las posturas sumisas a factores de poder externos, lo que nos permite ver con optimismo hacia el futuro.