Jesús Faría

Articulos

  • Las fronteras.

    Las fronteras inciden de manera determinante, positiva o negativamente, en el devenir de los Estados nacionales. Con el tiempo las fronteras han sufrido cambios importantes en cuanto a su significado. Por ejemplo, en la época feudal era símbolo del fraccionamiento territorial impuesto por la voracidad parasitaria de los Señores feudales.

    En contraste, la globalización ha suprimido restricciones en el movimiento de las mercancías (dentro del creciente y des-igual comercio internacional dominado por poderosas corporaciones) y de capitales (estimulado por un insaciable propósito especulativo). Sin embargo, no todo es liberalización, los movimientos migratorios del sur al norte son reprimidos.

    Desde nuestra perspectiva bolivariana, se impone la necesidad de integración y, por lo tanto, la supresión progresiva de muchas restricciones fronterizas. No obstante, este proceso se instrumenta de manera contradictoria en razón de la incidencia de factores imperiales y oligárquicos.

    En el caso de la frontera colombo-venezolana, las últimas décadas han sido focos de tensiones y violencia. La guerra civil, la infiltración de paramilitares, la promoción del narcotráfico y, ahora, el masivo contrabando de extracción y las políticas golpistas han sido terriblemente perniciosos.

    Las recientes medidas anunciadas en esa frontera a lo largo del estado Táchira, constituyen una necesidad impostergable. A nuestro juicio, debe ampliarse a toda la frontera con Colombia y de manera indefinida.

    Un balance de los daños y beneficios de esa frontera impone abiertamente los daños para nuestro país. Esas medidas responden a los intereses de paz en la región y estabilidad del país.

  • La verdad es revolucionaria.

    La revolución bolivariana atraviesa la coyuntura más compleja de sus 16 años de vida. La guerra económica y el desplome de los precios petroleros impactan terriblemente a la nación.

    Siempre se ha dicho que las crisis constituyen momentos que exigen audacia, una estrategia clara para atacar sus causas. Adicionalmente, se agrega que las crisis son escenarios históricos que se convierten en puntos de partida para el despegue de los pueblos y las naciones.

    Pues bien, en tiempos de revolución este principio reclama la mayor participación del pueblo. Su incidencia depende esencialmente del trabajo de su vanguardia en el ámbito de su organización y orientación política.

    En ese sentido, es preciso que las masas populares, motor de las revoluciones, tengan conocimiento exacto de la situación que se vive. La lectura precisa y correcta de la coyuntura es básica para el accionar revolucionario, así como el conocimiento de sus raíces y su verdadera magnitud.

    La acción revolucionaria solo puede realizarse sobre la base de la consciencia clara de los desafíos que nos plantean los procesos sociales. Por muy compleja que sea la situación debemos establecer con el pueblo una comunicación basada en la realidad. Confiar en las masas, que han realizado sacrificios extraordinarios, es fundamental para el éxito de la política revolucionaria. Por muy complejas y dolorosas que sean las soluciones, el pueblo debe tener posicionado en la verdad.

    Lenin decía que “la verdad siempre es revolucionaria”. Dirigido por su partido de vanguardia, no cabe la menor duda que las masas populares no permitirán que se revierta la rueda de la historia, nos acompañaran en la lucha contra las más difíciles adversidades