Jesús Faría

Articulos

  • Ataque a la moneda.

    Los ataques a las monedas nacionales han sido uno de los mecanismos preferidos de los especuladores para acumular fortunas, pero también para perturbar el desempeño de las naciones.

    La oligarquía financiera internacional domina el funcionamiento de la economía planetaria, especula con las monedas nacionales o cualquier tipo de valores y precios con terribles consecuencias, como lo demuestra la actual crisis mundial, nacida en el 2008 de una furiosa vorágine especulativa. En el caso de la desestabilización política como consecuencia del ataque a la moneda, la situación actual del país es el más vivo ejemplo de esta estrategia.

    El surgimiento y estímulo a una cotización ilegal del dólar busca generar, además de estratosféricas ganancias, la profunda perturbación del país. Empujan frenéticamente al dólar “paralelo” hacia el alza para propiciar la inflación en el país, alimentada por una burguesía local tremendamente parasitaria. Asimismo, esa tasa de cambio estimula vorazmente el contrabando de extracción, que se traduce en altos niveles de desabastecimiento.

    Los cómplices de estas estrategias son empresarios privados, nacionales y extranjeros, muy poderosos; operadores políticos nacionales, que son financiados por estos negocios y buscan el debilitamiento del gobierno bolivariano; gobiernos de otros países, como el de Santos en Colombia, que crea el marco legal y el apoyo logístico para inflar al máximo al dólar paralelo e incentivar el contrabando.

    Todo esto explica, en buena medida, las causas de las medidas adoptadas por el presidente Nicolás Maduro y aplaudidas por la inmensa mayoría del pueblo, pero también las iracundas reacciones del gobierno colombiano y de la oposición local

  • Inmigración y DDHH

    La guerra psicológica contra nuestro pueblo adquiere un nuevo matiz. A la agenda de violación de los DDHH, inmunda campaña de mentiras, para desprestigiar a la Revolución Bolivariana y abonar el terreno de la intervención militar imperialista, ahora se agrega el tema de los “desplazados y deportados colombianos”.

    Cinco millones de colombianos habitan en nuestro país disfrutando de todos los derechos civiles, políticos y sociales, porque en Colombia no se les garantizaban, así como tampoco el de la vida. Los santanderistas nos acusan de violar DDHH porque normalizamos nuestras fronteras, impactada dramáticamente por la presencia de terroristas, narcos, contrabandistas…

    La oposición se une al coro de la oligarquía colombiana. Ambos atacan al gobierno de Nicolás Maduro, como en el pasado lo hicieron contra Bolívar y Chávez. Además de nexos históricos y políticos, los une la violencia de paramilitares que se despliega en las guarimbas y el ataque a la seguridad de nuestra población, así como el financiamiento que reciben del narcotráfico y con-trabando.

    Internacionalmente, las infamias contra nuestra revolución se cargan del más asqueroso cinismo. La UE impide la entrada de inmigrantes de Africa y Asia, azotadas por las guerras imperialistas y el saqueo colonial. Los EEUU establecieron una guillotina en su frontera con México, donde mueren millares de latinoamericanos. Los extranjeros que entran a ese mundo “desarrollado”, son los que sirven para elevar las ganancias de las corporaciones…

    Las medidas de excepción en la frontera contribuyen a la estabilidad nacional, por
    lo que goza del apoyo de la inmensa mayoría del pueblo y, por el mismo motivo, genera el rechazo de los peores enemigos de la patria.