Jesús Faría

Articulos

  • La economía política del petróleo

    El pasado 2 de diciembre se cumplieron 10 años del inicio del sabotaje petrolero. La contrarrevolución le lanzaba un nuevo zarpazo al pueblo venezolano, después del fracasado golpe de Estado de abril.

     Una primera lección: no haber aniquilado el foco de conspiración en el seno de laprincipal industria del país, cuando fueron derrotados en abril, permitió que galopara una nueva crisis.

     Aquel intento por estrangular financieramente al país obedeció al eterno conflicto en torno al control energético y al reparto de la renta petrolera, que se modificó con las nuevas estructuras de poder de la Revolución. El poder nunca ha sido un fin en sí mismo, siempre ha constituido un instrumento para imponer intereses y captar recursos en función de estos.

     Durante el siglo XX, la renta se empleó en beneficio del capital transnacional y local, en tanto que el petróleo como fuente energética era una ficha de la geopolítica imperial estadounidense. No fueron pocos los esfuerzos a lo largo de la historia para revertir esta situación.

     Sin embargo, fue la Revolución Bolivariana la que dio un viraje radical a esta forma de hacer política con nuestra principal riqueza. Nuestra estrategia de independencia petrolera permitió recuperar los precios del petróleo, ponerlos bajo el control del Estado, ahora dirigido por fuerzas socialistas y un líder de la talla del comandante Chávez, e invertirlos en función de las necesidades de la patria.

    El control de la fuente energética y la repartición de la renta fue el detonante de aquella crisis y será por siempre la causa fundamental de las tensiones y agresiones imperiales contra nuestra Revolución.

  • Economía en Crecimiento

    La semana pasada se dieron a conocer los indicadores de crecimiento económico del país para el tercer trimestre de 2012. La expansión registrada en ese período fue de 5,2% y la acumulada del año (enero septiembre) de 5,6%. Al respecto hacemos tres consideraciones (el reducido espacio no da para más).

    En primer lugar, se sigue irradiando la riqueza generada a todos los sectores de la sociedad. No se trata tan solo de expansión económica, sino también de reparto crecientemente equitativo del bienestar generado. Esto ocurre como consecuencia de políticas sociales diseñadas para consolidar la justicia social como rasgo sustantivo del socialismo, modelo de sociedad al que aspiramos transitar.

    En segundo lugar, el sector privado no petrolero creció en un 6,1%, un nivel superior al promedio de la economía. Eso desmonta la tesis de que en el país se persigue a la empresa privada y se atenta contra la propiedad privada. Existe un clima de confianza que propicia la actividad económica. La inmensa mayoría del sector privado está dispuesto a trabajar de acuerdo con las normas establecidas por el Gobierno revolucionario, pese a los esfuerzos hechos por una reducida, pero aún poderosa, cúpula empresarial organizada en Fedecamaras.

    En tercer lugar, se observan tendencias económicas que apuntan claramente a un crecimiento sostenido en el largo plazo. El esfuerzo que se realiza en el sector construcción, el de mayor efecto multiplicador sobre el resto de la economía, los impactos de las políticas sociales y las enormes inversiones del sector petrolero, hablan de un nuevo boom económico en el país.