El ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Jesús Faría, aseguró que este segundo semestre del año será de resultados. Dijo que los primeros del año fueron “preparatorios” en relación con la actual crisis económica.

—¿Qué escenarios prevé el Gobierno para los próximos  meses? ¿Qué tan aguda es la crisis de alimentos, la inflación, desabastecimiento?

—Arrancamos una agenda económica bolivariana que ha implicado políticas económicas adecuadas y alineadas a tres elementos: alimentación, abastecimiento, precios y la caída productiva (…). Se han tomado acciones que han venido  madurando y estamos en pleno proceso de cristalización  de sus resultados. Aquí tenemos tareas. Una, articular políticas económicas  coherentes que logren revertir los problemas mencionados. Hay que elevar la producción, sobre todo la de alimentos.

Ya hay los primeros indicios de que tocamos fondo y estamos en un proceso de recuperación de las condiciones perdidas. Las políticas económicas son de gran ayuda, la relación que hay entre el Gobierno y la mayoría de los empresarios involucrados en los motores ha generado un impulso significativo.

La revisión a la gestión de empresas públicas tendrá avances significativos. Y un cuarto elemento tiene que ver con la confianza que va creciendo, de eso va a depender las actuaciones de  los actores económicos.  Los primeros meses han sido preparatorios y este segundo semestre será de resultados.

—¿El motor exportador ha tenido más impulso que otros?

—Hemos contribuido a alinear políticas importantes como la cambiaria y otras (…) para generar estímulos. Se está dando acompañamiento a la pequeña y mediana industria que exportaba, exportó, dejó de exportar o quiere exportar sin tener experiencia. Se han venido implementando acciones de cara al financiamiento tanto en bolívares como en divisas; además de crear condiciones en la logística de la exportación que favorece  a esta actividad. Estoy hablando de los dos principales puertos del país: Puerto Cabello-La Guaira. Ya en las primeras de cambio y con las primeras  medidas se observaba un ánimo y hay una onda expansiva que mueve ese interés de exportar. Tenemos una meta  y es superar el nivel del año anterior y estratégicamente, en el mediano plazo, superar el nivel récord de exportaciones no petroleras, pero no este año porque hay factores que atentan como la escasez de divisas, el desabastecimiento en materia prima importada y nacional.

—¿La escasez de divisas la van a subsanar con las exportaciones?

—Estamos tratando de compensar este primer año, parcialmente. Promover las exportaciones no es un acto de magia. Hacemos esfuerzos para superar el año anterior y activar un aparato productivo muy golpeado por la caída de los precios petroleros, la crisis  eléctrica, por las perturbaciones de la guerra económica (…)Es imposible que logremos escalar de manera olímpica niveles de exportaciones, pero hay un empuje (…).

—¿Cuál es el plan entonces?
—El Gobierno trabaja de manera estrecha con todo  el sector privado, con  una inmensa mayoría, exceptuando a un grupo  minúsculo que se aferra a la idea de derrocar al Gobierno y amparado en operadores políticos de la oposición(…) Yo creo que con los motores y las políticas, hay un esfuerzo como pocas veces  se ha hecho en los últimos 15 años. No será algo sencillo porque el impacto de la crisis petrolera ha sido devastador.

—¿Cuánto cayó el ingreso en divisas?

—El 70% o un poco más hemos perdido  de todos nuestros ingresos en divisas porque   el petróleo representa el 97% de todos los ingresos en divisas que recibe el país.  ¿Quién se mantiene intocable? Es imposible. Más bien es un acto heroico de un Gobierno, en este caso del presidente Maduro, seguir impulsando políticas económicas que recuperen el comportamiento positivo de la economía y defender al pueblo. Lo más resaltante de todo este escenario es que se ha evitado un estallido social.

—La gente sigue en colas, ¿cuándo mejorará la crisis?

—La economía tiene sus lapsos, son distintos al tiempo en la política, son mucho más lentos, pero de lo que podemos estar seguros es que la dirección hacia la que apunta la política económica, la estrategia de largo plazo, es la correcta para el desarrollo de las fuerzas productivas (…), mientras que la oposición manipuló la opinión pública diciendo que acabarían con las colas. Tenemos una economía adicta a las importaciones, rentista y cuando se contrae el ingreso petrolero, la economía queda herida. No hay las suficientes divisas para poner a funcionar el aparato productivo  como antes, eso es un problema y hay una situación de desabastecimiento que se agudiza por el contrabando (…), pero estamos buscando los recursos y estamos obligados a derrotar la guerra económica.

—¿Por qué no han podido aún?

—Ha sido muy difícil y aún no lo hemos logrado hacer de una manera plena. Nos  enfrentamos a poderes oligárquicos, imperiales, que dependen de negocios turbios, donde está el narcotráfico, el contrabando, la manipulación de la moneda  (…) En un gobierno de derecha habrían correctivos económicos y los costos serían transferidos en los hombros de los trabajadores, eso no lo haremos.
—Fedecámaras insiste que el grueso de las empresas, entre ellas Polar, no están en las mesas del Gobierno…

—No es cierto. Los privados han sido convocados, todos (…) En el motor exportador he podido identificar a muchas empresas, incluso representantes de Fedecámaras han estado (…). Las empresas están, opinan y hasta se benefician de una serie de políticas que se están aplicando para recuperar a la producción (…) Lo que pasa es que Fedecámaras y Consecomercio piden que liquidemos las conquistas de los trabajadores, negociemos la eliminación de la Ley del Trabajo y políticas de incremento salarial o cualquier tipo de incidencia sobre los precios y la tasa de cambio (…). No lo vamos a aceptar, le ponemos límites al diálogo con las leyes y los principios constitucionales(…). Ya hay sectores, como el camaronero, que van a poner sus divisas para operar acá y, otro importante como el de plásticos, que trabaja con el Estado para generar un fondo que ya se constituyó en función de que se recuperen con las divisas que están aportando y nosotros le estamos garantizando la reposición de las mismas, pero otro sector no quiere participar. La Polar, por ejemplo, está pidiendo divisas y sabe que no tenemos, les decimos que pongan las suyas. Si esta empresa quiere trabajar, bueno que se involucre acá, sin dobles discursos. No podemos permitir que ese monopolio ponga su músculo a favor de la desestabilización. Eso no quiere decir que vayamos a tomar alguna una empresa o expropiar.

—¿Qué ha pasado con Dicom?
—El anuncio del vicepresidente económico, Miguel Pérez Abad, fue claro. El  Dicom va a flotar libremente, arrancó en 200 bolívares y pico y ya por los 400, la idea es que en un momento determinado, que será bastante pronto, no sé qué valor tendrá esa tasa de cambio cuándo flote libremente, pero nosotros queremos que más allá del valor, con este mecanismo se genere un sistema que permita captar divisas de venezolanos fuera del  país y haya confianza para inversionistas extranjeros. Y se produzcan además divisas suficientes para inyectar al aparato productivo sediento. Yo creo que hay confianza en Dicom y Dipro. Si tú observas el desempeño del dólar  paralelo puedes constatar que se ha mantenido estancado, ese es el reflejo de un producto de decisiones que se han tomado  (…) Con este sistema cambiario se ha estado promoviendo un ingreso muy superior en divisas, una mayor estabilidad de las diferentes variables de la economía que están sujetas a la cotización del dólar. Esto ha sido un paso en el marco de la simplificación cambiaria que apunta a la unificación.

—La MUD llama a  un  referéndum…  

—Aceptamos cualquier desafío, tenemos nuestras fortalezas y así lo hemos demostrado. Aquí los grandes garantes de la constitucionalidad para que se esté dando un proceso para ese referéndum somos nosotros. La oposición es la que no está en capacidad de afrontarlo.

—La Iglesia considera que la crisis política y económica se supera en una mesa de negociación, ¿qué opina? 

— La élite de la Iglesia se ha convertido en un operador político de la oposición. Creo que son los menos indicados para hablar  de diálogo y de convivencia. Deberían revisarse profundamente.