Jesús Faría

Articulos

25.Abr.2016 / 04:46 pm / Haga un comentario

Los golpes de Estado ocurridos en América Latina a lo largo de los s. XX y XXI, han revelado como constante la injerencia estadounidense.

En la larga lista de crímenes operados desde Washington se inscriben invasiones armadas directas o auspiciadas por los gobiernos de turno en los EEUU; acciones encubiertas de la CIA y otros instrumentos desestabilizadores; mecanismos de asfixia económica…

En el presente siglo, esas variantes se combinan con las acciones de instituciones “democráticas” al servicio de las oligarquías y del imperialismo. Parlamentos y sistemas judiciales, tan corrompidos como entregado a las oligarquías, han derrocado Presidentes legítimos en Honduras y Paraguay. En la actualidad, esto encuentra una nueva y escandalosa confirmación en los acontecimientos que se desarrollan en Brasil.

En nuestro país, desde la AN la derecha desarrolla un conjunto de provocaciones y acciones tendentes a caotizar la vida política nacional, tratando de manipular al pueblo con los efectos de la crisis económica, donde esta misma derecha ha jugado un papel estelar.

Mientras tanto, los instrumentos del poder imperial inciden en estas tropelías con extraordinaria coordinación y de la manera más arrogante. Acá destacan la renovación del Decreto de Obama; el hostigamiento y amenazas de la IV Flota gringa; la actuación infame de Almagro al frente de la OEA, “Ministerio de Colonias de los EEUU”; la brutal guerra comunicacional desde el extranjero; entre otras.

El golpismo “criollo” y la injerencia imperial son dos caras de la misma moneda. Esta última adquirirá un mayor protagonismo ante la notable incapacidad mostrada por la oposición venezolana para destruir al gobierno bolivariano.

 

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