Jesús Faría

Articulos

12.Ene.2015 / 12:28 pm

Las visita del presidente Nicolás Maduro a la República Popular China es un hecho descollante en el desarrollo de las relaciones internacionales de la Revolución Bolivariana, que se inscribe en el esfuerzo mantenido por una década y media por el comandante Chávez en la búsqueda de un entorno mundial favorable para nuestro desarrollo.

En línea con el ideario bolivariano, el comandante Chávez entendió perfectamente que, en tiempos de dominación imperialista, no es posible alcanzar la soberanía plena y el desarrollo nacional, si no es en el marco de la unidad de los pueblos y gobiernos que coinciden con estos objetivos.

Esta visita tiene un carácter especial por el actual momento tan complejo que atraviesa el país, por el alcance de los acuerdos firmados, así como por los cambios que se dan a nivel mundial.

China, la más grande y dinámica economía del planeta, se ha convertido en nuestro principal aliado comercial, productivo, financiero y tecnológico. Con esta potencia mundial hemos podido establecer relaciones fundamentadas en el respeto, la cooperación y el beneficio mutuo, que ahora ascienden a un nivel superior. En tiempos de crisis económica, esto constituye una extraordinaria ventaja, que molesta tremendamente a los que juegan a la guerra en el país.

Asimismo, destaca el desarrollo de los vínculos entre China y la Celac, en cuyo proceso de acercamiento y desarrollo nuestro país ha jugado y seguirá jugando un papel preponderante.

Es una expresión de un nuevo orden mundial, que progresivamente deja atrás la hegemonía estadounidense. Se trata de una condición indispensable para el éxito definitivo de nuestra Revolución y del avance de los pueblos latinoamericanos y caribeños