Articulos
Todo sistema socioeconómico debe sustentarse en altos niveles de eficiencia. La producción, la organización social, el modelo político, la ética, la articulación internacional…, deben conformar un sistema eficiente, capaz de garantizar su sustentabilidad.
En el capitalismo, el desempeño de la sociedad está guiado por la maximización de la ganancia. Al estar sometida toda decisión del modelo capitalista a las ganancias corporativas, se generan tremendas distorsiones. El capital se enriquece grotescamente, atentando sus métodos de acumulación contra el bienestar de la población y la vida humana.
La Revolución Bolivariana nos ha ubicado en un proceso de transición al socialismo, una lucha histórica del viejo modelo capitalista contra el socialismo, donde el nuevo sistema en ciernes debe demostrar su superioridad y su viabilidad histórica.
En este sentido, la eficiencia es un factor crucial. Ser eficiente significa: producir más para el pueblo y sus necesidades, para elevar el desarrollo económico y consolidar la soberanía; edificar instituciones democráticas con vigorosa participación popular; sustentar toda decisión en principios de solidaridad, justicia e igualdad…
Debemos demostrar que estamos en capacidad de hacer las cosas con mayor eficiencia, basados en nuestros métodos y principios socialistas. Es la fórmula para darle viabilidad históricamente a nuestro proyecto histórico, para llevarlo a un punto de no retorno.
Cuando el comandante Chávez lanzó una de sus últimas proclamas, bautizada como “golpe de timón”, tenía en mente correctivos impostergables para superar corruptelas, burocratismo, todos los vicios del pasado. “Eficiencia o nada”, nos ordenó. ¡A cumplir!