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La ley de costos, precios y ganancias justas apunta a regular una de las principales variables de una economía capitalista, la ganancia. El capitalismo gira en torno a la maximización de la ganancia. Ese es el motor fundamental del sistema. De hecho, el capitalismo está construido sobre una lógica que privilegia las más elevadas ganancias para el capital. Cualquier medida que obstruya esa línea de acción, le resta vitalidad al sistema.
En ese sentido, gobiernos dirigidos por la burguesía y sus partidos aplican medidas que se subordinan a la necesidad de elevar la acumulación de riqueza producto de la explotación capitalista. En las últimas décadas, la modalidad más brutal de esta estrategia es el neoliberalismo.
Por su parte, gobiernos socialistas que representan los intereses de los trabajadores en una sociedad aún capitalista, regulan estas ganancias y las llevan a su mínima expresión. No es posible abolir las ganancias capitalistas en lo inmediato, pero se avanza en la creación de condiciones para un nuevo orden social.
En una sociedad como la nuestra, basada en una economía rentista y el parasitismo de la clase empresarial, estas regulaciones adquieren mayor relevancia en razón de prácticas de saqueo empresarial. La regulación de las ganancias, obviamente, deslinda a las fuerzas políticas y sociales del país. La derecha respalda invariablemente la voracidad parasitaria de la burguesía, nosotros seguiremos desarrollando una línea distributiva de la riqueza que favorezca crecientemente al pueblo trabajador. De acá se desprenden importantísimos frentes de lucha, desafíos, para los cuales debemos prepararnos.