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Esa será una de las principales tareas de la Revolución en este año 2014. El 2013 fue un año atípico, lleno de tensiones políticas y económicas, el drama del fallecimiento del comandante Chávez , que en cierta forma explican el grave repunte inflacionario, pero estamos claros en que no podemos convivir con este flagelo.
Se ha anunciado un despliegue más rigoroso, normas más severas y sanciones más duras para los especuladores. Esto es importante, porque el rasgo especulativo de nuestra economía constituye un motor inflacionario.
Sin embargo, comprendemos que esto no es suficiente. Por sí solos, los mecanismos de control no son capaces de bajar la inflación ni de mantenerla estable. Los controles de precios cumplen con sus funciones cuando están acompañados de políticas productivas y eficiencia institucional.
En una economía rentista, con serias limitaciones para el incremento nacional de la oferta de bienes y servicios, se genera una permanente tensión alcista de los precios, en virtud de que la demanda siempre supera a la oferta. La fórmula para suprimir esa inercia inflacionaria es aumentando la producción interna, especialmente la de alimentos.
Otra tarea pendiente es la mayor eficiencia y coordinación institucional. Entre el BCV, Pdvsa, el Ministerio de Finanzas y el resto de las instancias económicas, debe existir una estrechísima coordinación para programar la política monetaria, la de gasto público, importaciones, distribución de la producción de alimentos en el país.
Bajo estas circunstancias, los controles funcionarían de manera más eficiente. No es tarea fácil, pero la vamos a cumplir.