Jesús Faría

Articulos

12.Ene.2014 / 09:15 pm

Este año, a punto de finalizar, fue extremadamente complejo. El hecho más relevante -y quizás el más dramático de todo el s. XX y XXI-, fue la muerte del comandante Chávez. Esta situación no solo generó una conmoción anímica en el pueblo venezolano, sino que tuvo enormes repercusiones en el plano nacional e internacional.
Esta tragedia obligó a la convocatoria de elecciones presidenciales, que tuvieron como resultado una histórica victoria popular, así como la derrota electoral y de la insurrección de la derecha fascista. El triunfo del pasado 8/D define el ascenso de las fuerzas chavistas en la era post Chávez, bajo el liderazgo del presidente Nicolás Maduro.
Asimismo, el tema económico tuvo una figuración determinante. Como en el pasado contra Chávez y en otras naciones contra gobiernos antimperialista, se desplegó una guerra económica criminal contra el gobierno bolivariano y el pueblo venezolano. El propósito era claramente desestabilizador, golpista. La respuesta fue la contraofensiva para derrotar la especulación y parasitismo, que caracterizan el comportamiento de buena parte del empresariado venezolano.
En lo internacional, los estrechos lazos que tejió el comandante Chávez en los procesos integracionistas y su enorme prestigio, fueron de inmenso apoyo para proteger a la revolución frente a la agresión del imperialismo estadounidense, quien no escatimo esfuerzos para detener los cambios desarrollados en nuestro país.
El año cierra en creciente estabilidad política, despliegue de la ofensiva económica y consolidación de las alianzas internacionales. El 2014 no será un año libre de dificultades, pero las perspectivas son de optimismo.